Antes de una noche de fiesta o de una cena especial, son muchas las cláusulas que nos repetimos para restar culpabilidad al mal hábito que vamos a realizar: beber alcohol, y presumiblemente en grandes cantidades.
[quote position=»left»]son muchas las cláusulas que nos repetimos para restar culpabilidad[/quote]
Sin embargo, seamos sinceros; la mayoría de estos «remedios» no pasan de ser mitos. A continuación, repasaremos algunos de los más recurrentes. Comenzamos por el del orden de consumo. Se tiende a creer que es mejor comenzar por la cerveza o bebidas suaves para terminar con las más fuertes. ¡Da igual! El orden que escojamos no alterará los efectos.
Otro de los grandes mitos por excelencia es el de comer antes de beber. Se dice que es bueno empezar a beber con el estómago lleno, pero la realidad es que esto ralentizaría la absorción del alcohol, al menos mientras dure la digestión, y especialmente si se han consumido alimentos ricos en hidratos de carbono.
[quote position=»right»]Otro de los grandes mitos por excelencia es el de comer antes de beber[/quote]
Y, para terminar: los llamados mitos de los camareros. Algunos recomiendan no beber con pajita para no ingerir más cantidad de la que se pretende, sin caer en la cuenta de que la pajita no influye de manera alguna. Lo que sí lo hace es la velocidad con que vaciemos la copa.
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