LA AUTOESTIMA ES LA BASE DE LA FELICIDAD

Quererse a sí mismo es la base de la felicidad, el estar a gusto y tener una buena autoestima. Posiblemente hay muchas cosas que haces que ni las piensas y que te perjudican en tu felicidad.

¡Deja de hacer estas cosas! Tienes que valorarte más. Estos hábitos destruyen tu salud mental.

[quote position=»left»]Si tu dialogo interno no es compasivo contigo misma te estás preparando para sentirte mal[/quote]

Si alguna vez te has mirado al espejo y te has dicho: «Con esos vaqueros parezco una ballena”, “es imposible que salga bien”…, eres culpable del mal hábito número 1 de esta lista . Imagínate lo que te dirás a ti misma cuando cometas un error más importante. Si tu dialogo interno no es compasivo contigo misma te estás preparando para sentirte mal y tener un concepto muy bajo de tu persona.

Cuando algo va realmente mal en tu vida prefieres aislarte y seguir en tu bucle. No se lo cuentas a nadie, no pides ayuda. Te lo guisas y te lo comes. Muchas veces no queremos cargar a nuestros amigos con nuestros problemas, pero elegir la soledad te hará sentir aún peor.

Te comparas constantemente con otros. Si entras en Facebook e inmediatamente te sientas desgraciada pues comparas tu vida miserable con la de los demás le estarás hacienda un flaco favor a tu estado de ánimo.

[quote position=»right»]Te sentirás muy libre y en paz cuando dejes que otras personas sean responsables por sus sentimientos.[/quote]

Te autosaboteas. Por ejemplo empiezas una discusión con tu pareja en medio de un viaje maravilloso, o no cumples con tus obligaciones en un proyecto de trabajo que te podría proporcionar un ascenso o un bonus. Lo haces porque siempre esperas fracasar y prefieres adelantarte a unos acontecimientos negativos que crees que llegarán antes o después.

Te sientes como una impostora. Nunca piensas que has conseguido algo por tu esfuerzo o tus méritos. Prefieres pensar que la empresa necesitaba más mujeres en el comité de dirección, o que tu eras más barata que el resto de los candidatos. En resumen te sientes como un fraude cada vez que te ascienden.

Además, eres una persona excesivamente complaciente y necesitas la aprobación ajena. Solo quieres irte a casa después del trabajo pero aceptas quedar con tus amigos a tomar una caña aunque no te apetezca… 

No hay ningún problema en hacer felices a otras personas, siempre que eso no suponga siempre un sacrificio para ti. Te sentirás muy libre y en paz cuando dejes que otras personas sean responsables por sus sentimientos.

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