Un artículo publicado en la revista Psicothema nos revela que un porcentaje muy elevado de niños en el mundo está expuesto a estrés crónico o prolongado desde los primeros meses de vida. Cada año, 1 de cada 10 niños nacidos en occidente experimenta abusos emocionales, y 8 millones de niños viven en instituciones de todo el mundo.
[quote position=»left»]Un porcentaje muy elevado de niños en el mundo está expuesto a estrés crónico desde los primeros meses de vida[/quote]
Definimos estrés en la infancia temprana como un periodo de trauma severo o crónico durante el cuidado prenatal y/o posnatal. Los factores de estrés psicosociales contribuyen al desarrollo de trastornos de ansiedad y depresión, especialmente si se experimentan en edades tempranas.
El cuidador principal y el apego que este pueda tener con el niño repercute directamente en el moldeamiento del sistema nervioso en desarrollo, derivando a alteración de la estructura encefálica y su funcionamiento por una interacción negativa y/o la falta de cuidados.
En relación al área cognitiva, también se encuentran alteraciones en la memoria, el lenguaje, la atención y las funciones ejecutivas. Estos niños interpretan las señales sociales como más hostiles y además reconocen peor las expresiones faciales positivas.
[quote position=»right»]Estos niños muestran un peor rendimiento escolar y un coeficiente intelectual más bajo[/quote]
La morfología y la integridad funcional del hipo campo se ven alteradas (perdiendo neuronas y atrofiándose dendritas) debido a una exposición crónica al estrés. Eso podría explicar que estos niños muestran un peor rendimiento escolar y un coeficiente intelectual más bajo, presentan hábitos de trabajo más pobres, tienen el doble de probabilidades a repetir curso y en la adolescencia pueden desarrollar conductas de riesgo.
No obstante, estudiar esto en humanos es difícil ya que estamos delante de una gran variabilidad en cuándo comienza el estrés, cuándo termina, la duración que tiene, el tipo de estrés, la intensidad… Y en segundo lugar al tratarse de estudios largos en el tiempo esto conlleva costes muy elevados en recursos humanos, tiempo y dinero.
El descubrimiento de las bases genéticas, fisiológicas y neurales de la resiliencia al estrés crónico durante la primera infancia, nos revelaría las claves de dicha resiliencia y nos permitiría tener a mano herramientas para eliminar o disminuir los efectos del estrés sufrido a edades tempranas.
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Cuando los padres no estan equilibrados, los niños tampoco.
Si hubiera más conciliación quizás muchas madres no estarían tan estresadas y por lo tanto los niños también estarían más tranquilitos. Todo es questión de armonía 🙂
Soy maestro de niños de 10 años y es muy importante que estos niños reciban una atención especial para que en un futuro no sean unos niños con fracaso escolar. Todo de se puede arreglar con la colaboración de família y escuela.
Yo no entiendo a las madres que se pasan todo el día llevando los niños para arriba y para abajo para que hagan 50 mil actividades después del cole. ¿Dónde han quedado estos niños que se aburren y se inventan cosas para dejar de aburrirse?
Si todo funcionara más lentamente estoy segura que los niños no tendrían tanto estrés. Yo voy como un cohete todo el día.