A casi todo el mundo le gusta viajar, pero cuando esto se vuelve una inclinación excesiva u obsesión patológica por trasladarse de un lugar a otro, ya no es tan divertido.
[quote position=»left»]Es inclinación excesiva u obsesión patológica por trasladarse de un lugar a otro[/quote]
Estamos hablando de la dromomanía, personas que rompen su rutina sin explicación, empiezan a caminar y viajar grandes distancias sin ser conscientes del todo, llegando a asumir uno o varias identidades distintas durante el trayecto.
En 1886 se conoció el famoso caso de Jean-Albert Dadas llegó exhausto a un hospital de Burdeos sin saber como había llegado allí. Le pasaba frecuentemente que había viajado largas distancias si saber por que.
[quote position=»right»]Empiezan a caminar y viajar grandes distancias sin ser conscientes del todo, llegando a asumir uno o varias identidades distintas durante el trayecto[/quote]
Pocos casos de dromomanía están documentados, todos ellos en la Francia de finales del siglo XIX, sin saber si es una enfermedad o un síntoma derivado de otros trastornos mentales, como el trastorno límite de la personalidad o el trastorno de identidad disociativa.
Posteriormente Jean-Martin Charcot, considerado el fundador de la neurología moderna, presentó un caso similar, al que denominó automatismo ambulatorio, y que describía como el hecho de caminar sin tener el control de las propias acciones.
Actualmente el misterio de la dromomanía sigue vigente y ha quedado restringido a una curiosidad médica decimonónica.
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